"Las gaviotas, esos pájaros marinos que son alegría de los navegantes, descansan sobre las rocas escarpadas de las costas luego de sus largos paseos aéreos. Allí viven en armonía con los lobos y se divierten juntos en los tranquilos arroyos protegidos de los vientos del mar, donde también construyen sus nidos. Como la mayoría de los pájaros, la hembra de la gaviota se dedica gentilmente a sus crías. Pero tiene ella la imprudencia de ausentarse por unos instantes en los que un merodeador poco delicado saquea la comida que ha amasado. ¡Hay que ver cómo, a su regreso, la gaviota madre manifiesta su decepción! Para ser buenas madres, las hembras de estas aves marinas no son menos coquetas, y las gaviotas de cabeza negra y las gaviotas patiamarillas, de las cuales vemos aquí algunos ejemplares bonitos, mantienen su plumaje mediante lavados frecuentes, durante los cuales podemos sorprenderlas con toda la elegancia de sus actitudes". (extraído de Bousquet, Henri, Catalogue Pathé des années 1896 à 1914)